Los símbolos patrios nos unen.
A principios de 1812, para proteger el río Paraná de las incursiones de la flota realista, el Primer Triunvirato envío a Manuel Belgrano a Rosario con la misión de colocar dos baterías, es decir, un conjunto de cañones dispuestos para atacar y defenderse.
El día 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano, envió una nota en la que solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional bicolor: “Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste…” para distinguir a los ejércitos patrios de los españoles. El 18 de febrero de 1812 el Triunvirato aprobó la escarapela nacional tal cual le fuera solicitada.
Impulsado por este logro, Belgrano tuvo en el entonces pueblo de Rosario la ocasión adecuada para fomentar la idea de la independencia de nuestro país, en tiempos en los que muchos compatriotas no se atrevían siquiera a pensarlo.
Fue el primero en atreverse a crear un modelo de ENSEÑA PATRIA. Inauguró en las costas del río Paraná la batería Independencia e informó al Gobierno: "Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional..." Sin perder tiempo el 27 de febrero de 1812 la hizo bendecir y jurar por civiles y militares y la presentó en batalla jerarquizándola como símbolo de la patria que nacía.
Lo hizo varios años antes de nuestra declaración de la independencia en el Congreso Nacional Constituyente de Tucumán el 9 de Julio de 1816.
Hoy queremos honrar su memoria.