Nuestro símbolo distintivo tiene como base una rueda dentada, un engranaje de 12 dientes, en cuyo centro figuran nuestras iniciales, inscriptas en el eje, pieza fundamental sobre la cual puede realizar el movimiento.
Se desconoce el origen de la rueda, nadie sabe quién inventó esta pieza mecánica circular pura y simple que gira alrededor de un eje firme, y cuyos múltiples usos han sido esenciales en el desarrollo del progreso humano.
Tampoco se sabe quién creó nuestro emblema, sabemos que se lo vio por primera vez el 23 de mayo de 1947 en un dibujo que también contenía un obrero y un empleado junto a la forja, bajo el siguiente título: TODO NOS UNE NADA NOS SEPARA. Y por segunda vez, en la forma definitiva que hoy conserva, en un bono contribución para el plan de cooperación, en mayo de 1951.
Desde entonces y hasta hoy nos representa, es nuestro símbolo de UNIDAD, ORGANIZACIÓN Y MOVIMIENTO.
También indica que los metalúrgicos fuimos, somos y seremos siempre un sinónimo de PROGRESO. Nuestro esfuerzo diario, nuestro sudor, está representado en ese engranaje que mueve desde el más sencillo hasta el más complejo mecanismo.
Cuando los metalúrgicos estamos en movimiento, desde nuestros puestos de trabajo, garantizamos que la industria sea el motor del crecimiento y el progreso de nuestro país.