Aniversario de La Semana Trágica

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El Movimiento Obrero Metalúrgico tuvo en los albores de 1919 un hito que no por sangriento dejó de mostrar al sector patronal y político que no se podría volver a poner en duda su lucha y sus conquistas.
Los Talleres Vasena estaban cursando su segunda generación al frente de una empresa metalúrgica que crecía desde los confines del mundo de la mano de socios ingleses y una diversificación propia del desarrollo alcanzado por el capitalismo. Así como crecían las ganancias, lo hacían los reclamos del sector obrero que despertaba a su conciencia de clase y así comenzaba a defender sus derechos ante sus empleadores.
El reclamo comenzó por beneficios que ya estaban vigentes en otras partes del mundo como la reducción de la jornada laboral a 8 horas, aumento de salarios, sábado inglés y, entre otras muchas demandas, la reincorporación de representantes sindicales despedidos por ejercer su labor.
Desde diciembre de 1918, la rigidez de los dueños de los Talleres que alegaban una pérdida considerable por los efectos colaterales de la Primera Guerra Mundial era la causa para que los trabajadores fueran a la huelga. Las diferentes posturas se fueron endureciendo haciendo que actores como los rompehuelgas y aliados a los trabajadores hicieran más grande el problema. El estado debió intervenir porque los enfrentamientos habían comenzado a dejar heridos y muertos de ambos bandos pero resulto ser más nafta al fuego: las autoridades policiales tomaron partido por los Vasena y las bajas de sus efectivos fueron tomadas como una afrenta al cuerpo. Los representantes de los trabajadores, los obreros, vecinos y otros gremios se unieron contra el mismísimo estado que veía que no podía negociar ni acercar posiciones.
En lo que fue entre el 7 y hasta el 15 de enero 1919, las calles de San Cristóbal al Sur de la ciudad fueron un campo de batalla que no distinguía a huelguistas, fuerzas del orden o niños jugando. Las balaceras no tenían fin hasta que las autoridades encarnadas en el mismo presidente Yrigoyen se reunieron con los dueños de los Talleres Vasena para que reconocieran lo legítimo del reclamo trabajador y así las revueltas concluyeron. Se calcularon cerca de 700 muertos, desaparecidos, cientos de heridos y otros muchos cientos detenidos como saldo y una batalla ganada para el movimiento trabajador.
Hoy recordamos esta lucha y honramos a nuestros compañeros que nos mostraron el camino en la defensa de nuestros derechos y dignidad.