En 1982 nuestro país padecía bajo una dictadura militar que gobernó ilegitimamente la Argentina entre 1976 y 1983 y que en esos días ya se encontraba en absoluta decadencia.
Como ejemplo del estado de situación de ese momento cabe recordar que el 30 de marzo de 1982, luego de años de resistencia bajo la consigna “Luche y se Van”, la C.G.T. convocó a una movilización para expresar su lucha “anti-dictatorial”. En esta ocasión bajo la consigna "Paz, pan y trabajo", más de cincuenta mil trabajadores y jóvenes coparon la Plaza de Mayo.
En ese contexto pocos días después, los argentinos (que no recibíamos buenas nuevas desde hacía demasiado tiempo), nos despertamos con una noticia impactante: Las Islas Malvinas habían sido RECUPERADAS. Fue el 2 de abril de 1982.
Es decir, esa “hermanita perdida” ese espacio añorado de nuestro sur, que desde siempre SABÍAMOS QUE ERAN NUESTRAS, volvían a estar bajo la soberanía ARGENTINA.
Nos comunicaban que se había llevado a cabo un desembarco de tropas del ejército nacional sorpresivo, incruento y VICTORIOSO.
Lamentablemente no fue así. La victoria fue una ilusión efímera.
Los hechos demostraron que los militares no solo fueron ineptos para gobernar, también lo fueron en su ámbito específico.
Errores de estrategia, inteligencia, preparación, solo atribuibles a la dirigencia militar culminaron el 14 de junio de 1982 con la rendición de Argentina.
Esa guerra absurda se llevó demasiadas vidas: 3 civiles isleños, 255 soldados británicos y 649 soldados argentinos.
A ellos homenajeamos hoy.
Porque dejaron sus jóvenes vidas allí, LUCHANDO con increíble valor,en completa inferioridad de condiciones, carentes de medios adecuados. (Aun así nuestros aviadores asombraron al mundo con su destreza).
Hijos, padres, hermanos, amigos de argentinos pertenecientes a una sociedad engañada y ultrajada.
Los perdimos porque nos engañaron.
Los perdimos porque utilizaron nuestra necesidad de justicia y reivindicación internacional contra el colonialismo.
Los perdimos porque utilizaron un poderoso sentimiento, y tal vez uno de los sueños que todavía nos une a la mayoría de los argentinos.
LAS MALVINAS SON ARGENTINAS.
Los trabajadores metalúrgicos sabemos de luchas y valor. Hoy recordamos con dolor a nuestros héroes.