El 25 se septiembre de 1973, por su lucha, por sus ideas, por su profundo compromiso peronista, cayó bajo balas traicioneras nuestro compañero José Ignacio Rucci, líder de la UOM y de la CGT, luchador leal y de máxima confianza de Juan Domingo Perón. Solamente habían transcurrido dos días de las elecciones presidenciales en las que la fórmula Perón-Perón había GANADO CON EL 62% DE LOS VOTOS.
Este asesinato impactó fuertemente en el querido líder, sus palabras en el velatorio fueron "Me mataron a un hijo” y declaró que "estos balazos fueron para mí; me cortaron las patas”.
El compañero Rucci nació el 15 de marzo de 1924 en Alcorta, Pcia. de Santa Fe, hijo de colonos muy humildes, de origen italiano.
Siempre contaba con orgullo que el 17 de octubre de 1945, fue uno más entre los que metieron los pies en la fuente de la Plaza de Mayo. Al año siguiente comenzó su carrera sindical y luego de la fatídica y autodenominada Revolución Libertadora, ingresó como miembro activo en la Resistencia Peronista. Allí comenzó su verdadera lucha.
Es doloroso pensar que en el momento que podía disfrutar de los frutos de su siembra, (Perón había vuelto a su patria y era nuestro presidente), su vida joven e idealista terminara así. De alguna manera nos ha quedado un testimonio de su sentir en ese momento de nuestra historia ya que en el mismo día de su asesinato, Rucci debía presentarse en canal 13 de televisión, donde pensaba leer un mensaje que comenzaba diciendo:
“Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. “
Los trabajadores metalúrgicos, sus compañeros, honramos hoy su memoria y agradecemos su lucha permanente en defensa de los trabajadores y de la doctrina peronista.