Hoy 30 de junio se cumplen 49 años del brutal asesinato del compañero Augusto Timoteo Vandor.
Le decían “El Lobo”, lo cierto es que fue un enérgico y potente luchador sindical representando a nuestra UOM en momentos durísimos de nuestra historia.
Durante la década del 60, con el peronismo proscripto nuestro país estuvo signado por constantes convulsiones militares y civiles. En esos años el movimiento sindical, columna vertebral de la resistencia peronista, encontró en la figura de nuestro líder Augusto Timoteo Vandor a la persona que condujo estratégicamente la principal estructura sobre la que se recostó la esperanza y el activismo del movimiento obrero y del pueblo peronista. Su accionar fue una verdadera malla de contención frente al revanchismo patronal y la ofensiva estatal.
En un contexto político sumamente desfavorable la UOM conducida por Vandor se constituyó en el eje articulador en torno al cual giraba el funcionamiento del gremialismo argentino. Con fuerte protagonismo de las bases obreras, se pudieron resistir los atropellos patronales y la represión del Estado. La UOM era el gremio más poderoso de nuestro país y Vandor además de ser nuestro líder, era el más importante dirigente gremial de aquellos días.
Durante la dictadura de Onganía, se tomaron medidas tales como el paro de 1967 y la ejecución de un plan de lucha que incluyó la ocupación de 300.000 establecimientos. La UOM guiada por Vandor logró movilizar a miles de personas en las tomas de fábricas, sin muertos ni heridos.
Reproducimos aquí las palabras que expresó Vandor el 21 de marzo de 1969, tres meses antes de ser asesinado.
“Durante años solamente nos han exigido sacrificios. Nos aconsejaron que fuésemos austeros: los hemos sido hasta el hambre. Nos pidieron que aguantáramos un invierno: hemos aguantado diez. Nos exigen que racionalicemos, así vamos perdiendo conquistas que obtuvieron nuestros abuelos. Y cuando no hay humillación que nos falte padecer ni injusticia que reste cometerse con nosotros, se nos pide irónicamente que participemos. Les decimos: ya hemos participado, y no como ejecutores, sino como víctimas en las persecuciones, en las torturas, en las movilizaciones, en los despidos, en las intervenciones, en los desalojos. No queremos ya esta clase de participación. Agraviados en nuestra dignidad, heridos en nuestros derechos, despojados de nuestras conquistas, venimos a alzar, en el punto donde otros las dejaron, las viejas banderas de lucha…”
El lunes 30 de Junio de 1969 hacía mucho frío en Buenos Aires. Esa mañana a las 11:30, un grupo comando ingresó a la sede de la UOM. El compañero Vandor estaba, como siempre, trabajando en su despacho. Los asesinos lo ejecutaron de cinco disparos. En su escape dejaron una bomba de trotil que al explotar destruyó parte del edificio. Nunca se halló a los responsables.
Hoy los metalúrgicos honramos con orgullo a nuestro líder y con profundo dolor a nuestro compañero.