Cualquier trabajo, tarea o actividad que prive a los niños de sus derechos a una infancia plena es inmoral, ilegal y merece el total repudio de la sociedad.
El trabajo infantil es perjudicial para la niñez, y afecta todos los aspectos de su desarrollo personal, no respetando sus derechos inalienables. Le impide jugar y educarse, atenta contra su escolaridad y, en caso de que cumpla con la asistencia a la escuela disminuye sus posibilidades de aprender, estudiar, jugar y compartir. En síntesis los hace perder su derecho a ser niños e impide su adecuado desarrollo como persona.
La experiencia muestra que este flagelo tiene una incidencia preponderante en los hogares pobres, donde la niñez se transforma en mano de obra barata, quedando además demostrado que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones.
Los niños de familias pobres, que son explotados y abandonan la escuela o no rinden en el ámbito escolar, pierden sus posibilidades de ascender en la escala social y de soñar con un futuro mejor.
En Argentina se ratificaron los convenios fundamentales de la OIT referidos al trabajo infantil, y se adecuó la legislación sobre niñez y aspectos laborales para cumplir con estas normas internacionales.
Sin embargo sigue ocurriendo, razón por la cual es necesario fortalecer nuestra conciencia colectiva, defendiendo los derechos de los niños.
NO AL TRABAJO INFANTIL.