70 días de gobierno, aún resta margen para el diálogo.
El 10 de Diciembre de 2015 se cerraron 12 años de profundas reformas y transformaciones, sobre todo en materia de recuperación de instituciones laborales. Pero ello no implicó una transformación definitiva de nuestra matriz productiva y restan muchos aspectos por encarar y resolver, basados en que todo crecimiento debe ser acompañado por una justa distribución de la riqueza, y que en momento de desasosiego económico la carga no puede centrarse en los sectores trabajadores y populares.
A lo largo de estos 70 días los trabajadores y el movimiento obrero organizado hemos observado con atención y mucha templanza de ánimo las primeras medidas que muestran los lineamientos estratégicos del nuevo gobierno. No pretendemos realizar un análisis terminante de lo acontecido porque creemos que es posible generar instancias de diálogo que permitan la adopción de medidas quo conlleven a dar respuesta a las necesidades de todos los argentinos, reviendo, incluso, algunas de las medidas adoptadas.
Con preocupación observamos el despido arbitrario de trabajadores estatales, los episodios de represión de la protesta gremial, los abusos de autoridad de las fuerzas de seguridad, los cambios en el protocolo de actuación del Estado frente a manifestaciones públicas y la detención ilegal de dirigentes sociales y sindicales.
El objetivo de terminar con la pobreza es el que más fuertemente nos convoca a la reflexión y genera mayores dudas de cara al futuro. El trabajo es la principal herramienta de inclusión social y de lucha contra la pobreza. En los primeros días de gobierno observamos una gran transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados de la economía, sobre todo a través de la reducción de retenciones a las exportaciones, la devaluación de la moneda, que ya supera el 50%, y el inicio de un aumento desproporcionado de tarifas. Medidas que han repercutido en un aumento exponencial del costo de vida de los trabajadores, jubilados, pensionados y pueblo todo, que aún no alcanzamos a dimensionar, a través de una fuerte escalada inflacionaria.
El reciente anuncio de alivio del impuesto a las ganancias y el respeto por la fecha de aumento de las asignaciones familiares que, junto con la continuidad de la movilidad jubilatoria y de la AUH, son central para atenuar el efecto de esas políticas sobre los sectores trabajadores, en especial los de menores ingresos. Sin embargo, trabajadores que no pagaban impuestos comenzarán a tributar y probablemente sean más beneficiados los sectores más altos de la escala de ingresos.
La propuesta de una negociación colectiva basada en una inflación alejada de la realidad, nos pone en alerta sobre el intento de poner techos a la negociación paritaria y la velada amenaza que se esconde tras el slogan de que los sindicatos debemos optar entre negociar salarios o empleos.
Es difícil evaluar a esta altura si estas fallas se deben a falta de voluntad política para un equilibrio mayor entre el capital y el trabajo o a incapacidad de gestionar un conglomerado tan complejo de necesidades y urgencias de la sociedad argentina. En el supuesto que sea la segunda hipótesis, este Movimiento obrero vuelve a manifestar su voluntad de diálogo, integral y positivo, en procura de un mejor futuro, en UNA ARGENTINA PARA TODOS.
CONSEJO DIRECTIVO