En una jornada como hoy de 1972, las bases se movilizaron para darle la bienvenida a la figura que representaba la esperanza y el coraje para cambiar un presente de violencia, ilegitimidad y decadencia por un porvenir con esperanza y progreso. Ese sólo gesto de amor hacia su pueblo mostraba la entrega desinteresada de Juan Domingo Perón.
La espera llegaba a su fin. La lluvia y el viento habían decidido ser testigos de ese hito después de 18 largos años pero las columnas no dejaban de movilizarse. Muchos esperaban por el retorno del líder, otros, para ver al mito. Era el inicio de un nuevo viejo tiempo: el peronismo volvía a ser parte activa de la historia argentina.
El Día del Militante nos recuerda la constancia, la lealtad y la fuerza que el Movimiento Justicialista tenía y tiene en nuestra vida institucional. La verdadera vocación por la defensa de los valores más nobles sintetizados en justicia social, soberanía política e independencia económica nos sigue convocando y despierta en las nuevas generaciones el compromiso en la defensa de los derechos alcanzados y nunca negociables porque el único compromiso es con el pueblo trabajador, bandera inclaudicable de todos los peronistas.
Para José Ignacio Rucci, sus primeros pasos como trabajador y luego como dirigente metalúrgico le habían permitido conocer las bases trabajadoras y comprender, desde el inicio del fenómeno justicialista, el poder de transformación que ellas encaraban.
Después del golpe militar de 1955, se embanderó en la lucha de los derechos de sus compañeros y supo que sólo el Movimiento Obrero Organizado era capaz de sostener la doctrina peronista. Al frente de la Unión Obrera Metalúrgica, se enfrentó a los poderosos que veían en el pueblo trabajador una variable de ajuste para superar las constantes malas decisiones a niveles económico y político. Su elección como Secretario General de la CGT le dio la potestad de seguir esas premisas como norte ya que, sin variar, sucesivos gobiernos electos y dictatoriales arremetían pero Rucci nunca abandonó la lucha ni la fidelidad a él ni hacia el General, convirtiéndola es bandera para su vuelta. La incesante labor tuvo sus frutos en el triunfo de la fórmula Perón-Perón y en la alegría consumada que puedo darle a los argentinos como un último gesto de lealtad absoluta. En la jornada del 25 de septiembre de 1973, fue cobardemente asesinado pero su legado de hombre íntegro perdura y es bandera de orgullo y memoria para todos los metalúrgicos.
Queremos agradecer el habernos acompañado el Día de la Niñez y les compartimos lo mejor de ese día: nuestros afiliados más pequeños siendo felices con sus regalos. Gracias Familia UOM San Martín