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Día de la Industria

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Este domingo se conmemora en nuestra nación el Día de la Industria en homenaje a la primera exportación realizada en la historia de la actual República de Argentina.

El 2 de septiembre de 1587 se produjo la primera exportación de productos nacionales a Brasil. La embarcación llamada San Antonio partió del puerto de Buenos Aires, entonces a orillas del Riachuelo, llevando hacia el exterior mayormente productos textiles: frazadas, lienzos, lana, cordobanes, sotoles, sobrecamas y sombreros; todos ellos elaborados con materia prima que provenía de lo que hoy son las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.

Se lo podría considerar como un hecho más comercial que industrial pero requirió de un valeroso espíritu emprendedor para superar las dificultades debidas a las exigentes normas del gobierno español de la época y por la enorme dificultad que existía entonces para llevar las mercancías desde su lugar de origen a Buenos Aires y desde allí al extranjero.

Esa primera exportación respondía a la intención de los productores de aquellos tiempos de expandir los mercados de la industria argentina vendiendo fuera de nuestro territorio un excedente en la producción nacional. Allí está su importancia.

Cabe mencionar que, además de estos productos, también salieron ilegalmente en ese embarque oro y plata provenientes del Alto Perú, es decir, contrabando. Por ese hecho, y otros, fue expulsado de estas tierras y juzgado en España el entonces obispo Francisco do Vittoria. Ninguna responsabilidad tuvieron los productores textiles.

La primera ocasión en que la Unión Industrial de Argentina (UIA) proclamó el 2 de septiembre como una celebración nacional fue en el año 1937. Posteriormente, en 1941 el Presidente Ramón Castillo firmó el decreto presidencial que ratificó dicha fecha.

La industria nacional es una de las principales bases para el desarrollo productivo y por ende social de nuestro país, es generador de trabajo genuino, ya que produce bienes de alto valor agregado, tanto para consumo interno como para exportación.

Una industria nacional pujante mantiene activas al resto de las las actividades económicas (primarias y terciarias) que dependen de la industria. A los productores de materias primas, al comercio, al transporte, etc.

La actual crisis económica repercute en nuestra industria y tiene dolorosas consecuencias sobre el panorama social, económico y laboral argentino.

La Unión Obrera Metalúrgica mantiene en pie su constante lucha en defensa de una Industria Nacional pujante y próspera para lograr una sana y auténtica recuperación económica que genere trabajo digno, seguridad y justicia social.

¡Festejamos el día del Niño!

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El pasado lunes 20 de agosto compartimos con las familias de nuestros afiliados una jornada muy especial.

Por iniciativa de nuestra Comisión Directiva y con ayuda de los delegados que forman parte de nuestra "Agrupación 20 de abril", organizamos un evento para que todos los chicos de nuestros afiliados pudieran disfrutar de su día como ellos merecen.

En el Circo Fox´s se realizaron dos funciones donde más de 2500 afiliados pudieron ver acróbatas, trapecistas, payasos, música y un show increíble. Compartimos aquí el video de lo que resultó una hermosa experiencia, llena de color y diversión.

Como despedida, todos los niños se llevaron una bolsita con golosinas y globos a modo de souvenir de este evento tan especial. Los organizadores y nuestra Seccional queremos brindar una gran agradecimiento a todas las familias metalúrgicas que siempre nos acompañan.

Felipe Vallese

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Felipe Vallese nació 14 de abril de 1940 en el barrio de Flores.

En 1957 era un joven obrero metalúrgico que se ganaba la vida como operador de máquinas en la empresa TEA S.R. L., ubicada en el barrio de Flores en la calle Caracas 940. Trabajaba en el turno noche al cuidado y mantenimiento de las maquinarias.  Al año siguiente, con 18 años, fue elegido delegado sindical de la UOM.

En el ejercicio de sus convicciones netamente peronistas consiguió para sus compañeros el reconocimiento del  pago de horas extras, ropa adecuada de trabajo, etc.. El 23 de agosto de 1962 tanto su tarea sindical, como su ideal de peronista quedaron truncos.

Fue secuestrado en Capital Federal por un grupo de la Unidad Regional de San Martín, durante el gobierno de facto de José María Guido. Felipe Vallese nunca apareció, ni vivo ni muerto. Tenía 22 años. Es uno de los primeros desaparecidos políticos de la historia argentina contemporánea.

Al enterarse de lo ocurrido, tanto su familia, como la Juventud Peronista y el movimiento sindical comenzaron a actuar de inmediato. Las denuncias fueron masivas y desde el sindicalismo corrieron especialmente por cuenta de los dirigentes metalúrgicos Augusto Timoteo Vandor y Rosendo García con el asesoramiento letrado del Dr. Fernando Torres.

El hecho produjo una importante conmoción social y su aparición con vida pasó a formar parte de las reivindicaciones de diversas organizaciones. Surgió entonces con fuerza e indignación popular un reclamo, un grito, un canto, una protesta:

 “UN GRITO QUE ESTREMECE, VALLESE NO APARECE”

Esta frase fue cantada, gritada, pintada y repetida incansablemente en los frecuentes actos y gestos de resistencia. Agradecemos a quienes mediante innumerables reclamos no solo exigieron como pudieron su aparición con vida, sino que ante la no respuesta estatal evitaron que su nombre cayera en el olvido.

El periodista Pedro Leopoldo Barraza encaró con valor una importante investigación que fue publicada en los periódicos 18 de marzo y Compañero. La CGT le puso su nombre a su salón de actos. En 1965, los abogados de la UOM Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde publicaron el libro “Felipe Vallese. Proceso al sistema” en el que se denuncian claramente los hechos que quedaron prácticamente impunes.

El artista plástico Ricardo Carpani diseñó el afiche con el rostro de Felipe que ilustra esta nota.

Hoy, como cada año para esta fecha, los metalúrgicos honramos con orgullo y dolor la memoria de nuestro compañero de lucha FELIPE VALLESE.

Renunciamiento Eva Perón

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En 1951 el presidente Juan Domingo Perón se encontraba en el quinto año de su primer periodo presidencial. En noviembre de ese año seguramente iba a ser elegido nuevamente Presidente de la Nación con una apabullante mayoría de votos.

A principios de ese año, actores importantes del movimiento peronista, como la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Partido Peronista Femenino, comenzaron a soñar con que  Evita formara parte de la fórmula presidencial para ocupar el cargo de la vicepresidencia de la nación.

El 22 de agosto de 1951 tuvo lugar uno de los actos más concurridos durante el peronismo: el Cabildo Abierto del Justicialismo, organizado por la CGT, al que concurrieron delegaciones de todo el país. Se realizó en la Avenida 9 de Julio a la altura de la calle Belgrano, en el entonces Ministerio de Obras Públicas. Casi dos millones de personas se congregaron frente a un balcón enmarcado con la frase “Juan Domingo Perón-Eva Perón – 1952-1958, la fórmula de la patria”.

Ese día el entonces Secretario General de la  CGT, compañero José Espejo, pidió frente a una multitud entusiasmada que Perón y a Eva, aceptaran sus respectivas candidaturas a Presidente y Vice.

Eva respondió: “Hoy, mi general, en este Cabildo del Justicialismo, el pueblo se reúne para decir que quiere que el general Perón siga dirigiendo los destinos de la Patria. Yo siempre haré lo que diga el pueblo, pero les digo a los compañeros trabajadores que así como hace cinco años dije que prefería ser Evita antes que la esposa del presidente, si ese Evita era dicho para calmar un dolor en algún hogar de mi patria, hoy digo que prefiero ser Evita porque, siendo Evita, sé que siempre me llevarán muy dentro de su corazón”, dijo ella ante la multitud: la primera dama, entonces, no rechazó ni aceptó la candidatura.

El 31 de Agosto de 1951 se conoció su respuesta.

Ese día la querida Evita con voz quebrada, renunció a los honores, pero no a la lucha. 

Transcribimos acá parte del Mensaje que Eva Perón le dio ese día al pueblo de la Nación, por LRA Radio del Estado y La Cadena Nacional de Radiodifusión a las 21.00 hs.

Compañeros, quiero comunicar al Pueblo Argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico cabildo abierto del 22 de agosto.
[...] Ahora quiero que el Pueblo Argentino, conozca por mí misma las razones de mi renuncia indeclinable.
[...] Evita quería ser cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores y puse mi corazón al servicio de los pobres, llevando siempre como única bandera el nombre del General Perón a todas partes.
Si con ese esfuerzo mío, conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi patria, eso ya es una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas. Yo no quiero otra cosa que este cariño.
Aceptar otra cosa, sería romper la línea de conducta que le impuse a mi corazón y darle la razón a los que no creyeron en la sinceridad de mis palabras, que ya no podrán decir jamás que todo lo hice guiada por mezquinas y egoístas ambiciones personales.
Yo sé que cada uno de los descamisados que me quiere de verdad, ha de querer también que nadie tenga el derecho a descreer de mis palabras y ahora, después de esto, nadie que no sea una malvado podrá dudar de la honradez, de la lealtad y de la sinceridad de mi conducta.
Estoy segura que el Pueblo Argentino y el Movimiento Peronista que me lleva en su corazón, que me quiere y que me comprende, acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón.
Por eso ella es inquebrantable, indeclinable y por eso me siento inmensamente feliz y a todos les dejo mi corazón.

A 67 años de su renunciamiento, los metalúrgicos honramos su querida memoria.