Y la posibilidad de volver a la alegría de la infancia con este merecido descanso que nos da el feriado de Carnaval. Desde el más pequeño de la familia hasta el adulto más serio, todos podemos vivir la magia de estos festejos.
Es la excusa perfecta para volver a jugar. Y hasta podemos elegir hacerlo con agua, serpentinas, espuma, cenizas, o maracas y tamboriles; al compás de un "samba" brasileño, candombe porteño, carnavalito norteño o el ritmo que más nos guste.
Con sus diversos matices, que van desde los lujosos carnavales de Río de Janeiro o Venecia, hasta el desentierro del “Demonio del Carnaval” en Jujuy, estos festejos responden a las más variadas influencias culturales, conteniendo en todos los casos magia, alegría, música y colores.
Tanto los que pueden escaparse unos días como los que se quedan por acá, podrán asistir a los diversos corsos, que se realizan en todos los barrios, donde las murgas y comparsas harán las delicias de chicos y grandes.