17 de Octubre – Día de la Lealtad Peronsita

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El 8 de octubre de 1945, el General Eduardo Ávalos, uno de los llamados “cuatro coroneles” que tenían el mando efectivo del GOU, pidió a Edelmiro Farrell, entonces el tercer presidente de facto desde la Revolución del 43, que destituyese a Perón, quien fue detenido y llevado a la isla Martín García, y luego al Hospital Militar.

La respuesta no se hizo esperar. Disconformes con la medida amplios sectores populares marcharon a Plaza de Mayo y reclamaron la libertad de su lider. Desde las primeras horas de la mañana del 17, comenzaron a llegar columnas de manifestantes con banderas y pancartas a la Plaza de Mayo que venían desde Avellaneda, Lanús, Banfield, Quilmes, San Martín y muchos otros puntos del conourbano bonaerense.

Los manifestante se convertirían en todo un símbolo de un movimiento nacional popular, y el más importante hasta hoy, “El Peronismo”.

En palabras del pensador, ensayista y escritor Raúl Scalabrini Ortiz, de us libro “Tierra sin nada, tierra de profetas”, Buenos Aires, Plus Ultra, 1973, pág. 55.

“Corría el mes de octubre de 1945. El sol caía a plomo sobre la Plaza de Mayo, cuando inesperadamente enormes columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente desde sus fábricas y talleres. (…) Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de resto de brea, de grasas y de aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una sola fe (…) Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad (…) Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto (…) Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa fresca del río. Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años, estaba allí, presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo.”

Dada la magnitud de la manifestación y el reclamo de la gente por su líder, los resposables del gobierno se vieron obligados a buscar a Perón para que calmara al pueblo. Esa noche, Perón salió al balcón a tranquilizar al pueblo que lo aclamaba. Y entre cánticos y gritos, agradecido por el apoyo, Perón emitió su discurso. “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores, y siempre he sentido una enorme satisfacción, pero hoy siento un verdadero orgullo de argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de la conciencia de los trabajadores”, señaló.

Esto fué el 17 de octubre de 1945, donde se escribió otra página en la historia de Argentina, fecha que se convertiría en “El Día de la Lealtad” y en el nacimiento del peronismo como movimiento político y social.