En la memoria metalúrgica de luchas, conquistas y pérdidas, la del compañero Felipe Vallese es una de las más caras al sentimiento de los obreros que construyeron nuestro movimiento. La vida de este joven trabajador de la industria que fue testigo del gran fenómeno peronista, es la de los idealistas que pusieron sus brazos y su corazón para las conquistas sociales.
Había nacido en los albores de los ´40 y sus primeros años los pasó en la zona norte del Gran Buenos donde las fábricas y las industrias crecían a un ritmo sostenido dando impulso a los barrios de obreros. Su adolescencia fue atravesada por el Bombardeo a Plaza en el año 1955 y la defensa del Movimiento Justicialista se constituyó en su bandera.
Su ingreso como operario en TEA le permitió ejercer el derecho sindical y ser electo para representar a sus compañeros convirtiéndose en un referente de nuestra UOM y de la JP.
Por hechos que nunca llegaron a esclarecerse, fue detenido clandestinamente y acusado de un crimen que sólo el sinsentido y la persecución política podían sostener. Sin derecho a la legítima defensa, fue torturado y su cuerpo desaparecido. Las autoridades negaron cualquier relación con su desaparición forzada y hasta la fecha nadie ha pagado por este infame crimen. Era 23 de agosto de 1962 y Felipe Vallese, que tenía 22 años tan solo, había sido víctima del abuso de las fuerzas de seguridad. Recordamos hoy a nuestro compañero Felipe Vallese, quien fuera un militante de la vida y de los trabajadores para mantener vivos sus ideales.