Vallese, el primer desaparecido político en Argentina. Primero de una larga lista.
Ese joven desaparecido el 23 de agosto de 1962 se llamaba Felipe Vallese, tenía 22 años y trabajaba como obrero metalúrgico.
Era peronista y delegado de la UOM.
Felipe había nacido el 14 de abril de 1940 en el barrio de Flores.
En 1957 se ganaba la vida como operador de máquinas en TEA S.R. L. (Transfilación y Esmaltación de Alambres) Al año siguiente, con 18 años, fue elegido delegado sindical y a través de ese rol consiguió importantes conquistas: pago de horas extras, ropa adecuada de trabajo, etc.
El diario El Mundo publica el 25 de agosto el siguiente artículo, titulado “Como en Chicago"
“Rarísimo suceso en Flores Norte, que la policía dice ignorar. Frente al 1776 de Canalejas, a las 23:30 del jueves, un hombre fue secuestrado. Desde hacía varios días, había autos «sospechosos» en las inmediaciones. Una estanciero gris frente a aquel número; un Chevrolet verde en Canalejas y Donato Álvarez. Y un Fiat 1100 color claro, en Trelles y Canalejas. Dentro de ellos, varios hombres. Y otros, en las inmediaciones de los coches. A la hora citada, el automóvil de Donato Álvarez hizo guiños con los focos, señalando el avance del «hombre». Le respondieron, y todos convergieron sobre él. Se le echaron encima y lo golpearon. Y pese a que se aferró con manos y uñas al árbol que está frente al número señalado, lo llevaron a la estanciera gris, que partió velozmente con las puertas abiertas.
Los gritos de desesperación que habían comenzado con la agresión poblaban la noche y atrajeron a todos los vecinos que, alarmados, dieron otro tono a la cuadra. Todos corrieron. Algunos quisieron acercarse, un hombre armado, pistola 45 en mano, los detuvo. ‘Esto no es para ustedes, piénsenla si no quieren ligarla.’ Y se tuvieron que ir, viendo, inermes, cómo en plena ciudad se raptaba un hombre”.”.
Nunca se encontró su cuerpo. La UOM, los principales gremios y la CGT comenzaron una campaña por Vallese.
De inmediato al enterarse de lo ocurrido, tanto su familia, como la Juventud Peronista y el movimiento sindical comenzaron a actuar.
Al día siguiente del secuestro el abogado de la UOM, Fernando Torres, interpuso un recurso de Hábeas Corpus. El ministerio del Interior informó lo siguiente: “El sumario administrativo arribó a la conclusión de que Vallese no estuvo detenido en San Martín ni en ninguna otra dependencia subordinada a la jefatura de La Plata”.
Felipe hizo llegar una nota al mismísimo Augusto Vandor, secretario general de la UOM, a través de Ambrosio Ovidio Brochero, un joven fletero que se encontraba detenido en la comisaría de Villa Lynch, en un calabozo vecino al que él mismo ocupaba y donde se lo vio por última vez. Felipe le pudo entregar un papelito con su nombre, el teléfono de la empresa TEA y le pidió que se comunique con la UOM.
Al día siguiente, al ser liberado, Brochero entregó dicho mensaje.
El abogado Dr. Torres se dirigió inmediatamente hacia esa comisaría. Pero la negativa volvió a repetirse: no existía ningún registro de las personas secuestradas aquel 23 de agosto.
El día 3 de septiembre la policía emitió un comunicado en el que informaba la detención de varias personas acusadas de portación de armas y panfletos, quienes serían liberados unos días después. Con una excepción: Felipe Vallese no aparecía en la nómina.
Rápidamente un reclamo estridente se convirtió en grito y bandera de la resistencia peronista:
“Un grito que estremece, Vallese no aparece”
Se lo cantó y se lo repitió incansablemente en los frecuentes actos y pintadas que se realizaban. Todos colaboraban con el reclamo y la búsqueda, cada cual desde su pequeño espacio de acción: el artista plástico Ricardo Carpani hizo el afiche con el rostro de Felipe que ilustra esta nota. La CGT le puso su nombre a su salón de actos. El periodista Pedro Leopoldo Barraza llevó adelante con valentía una importante investigación que fue publicada en los periódicos 18 de marzo y Compañero. En 1965, los abogados de la UOM Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde publicaron el libro “Felipe Vallese. Proceso al sistema” denunciado los hechos con minuciosidad.
Lamentablemente todos esos esfuerzos fueron insuficientes. Sólo algunos de los policías involucrados en el operativo fueron condenados por la pena de “privación ilegítima de la libertad”.
El mayor culpable, responsable de uno de los primeros desaparecidos políticos de nuestra historia reciente, Juan Fiorillo, apenas estuvo detenido un tiempo. Este oscuro personaje siguió con su conducta criminal como integrante de la Triple A. Falleció en su casa en mayo de 2008.
Hoy los metalúrgicos honramos con orgullo y dolor la memoria de nuestro compañero de lucha FELIPE VALLESE.