Denominado “Día de la Raza” hasta el año 2010 en Argentina, el 12 de octubre del año 1492 es recordado históricamente debido al “descubrimiento de América”, por parte de navegantes liderados por Cristóbal Colón.

Cabe mencionar con respecto a la palabra “descubrimiento”, que el ser humano ya había llegado a estos confines hace alrededor de 14000 años, por lo cual se puede decir que América fue descubierta mucho antes. Lo cierto es que esa historia culturalmente se perdió, y en aquel momento para los habitantes de cada continente no existía noción de la existencia de los otros.

Una vez que aquellos navegantes tocaron tierra, en ese lugar, se produjo el primer encuentro entre seres humanos de sociedades evolucionadas que se habían desarrollado de manera independiente, aislados los unos de los otros, desde los orígenes del hombre sobre la tierra.

Ese hecho, del que los protagonistas no tenían noción, marcó un antes y un después en nuestro devenir como humanidad. Provocó dramáticos cambios sociales,culturales, económicos, científicos, etc. que impactaron en los habitantes de esa época y de la posteridad. Lamentablemente América comenzó a padecer uno de los genocidios más grandes en la historia humana. Todavía en este siglo XXI no se ha superado esa injusticia.

A partir del 3 de noviembre de 2010, por Decreto Presidencial 1584/2010 firmado por la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el 12 de Octubre pasó a denominarse Día del Respeto a la Diversidad Cultural. A su vez, el Plan Nacional Contra la Discriminación estableció que sea un “día de reflexión histórica y diálogo intercultural”. Esto significó dejar de conmemorarlo como el día de “la conquista” de América, que ponía en valor únicamente la cultura europea en su calidad de conquistadora.

Esta fecha nos invita a reconocer nuestra identidad como el resultado del aporte brindado por la inmensa variedad de culturas que precedieron y se siguieron diversificando a partir de entonces, aprendiendo a mirar a los demás como iguales, sin dividirnos en “razas” humanas.

Básicamente nos invita a pensar en el valor de respetar y ser respetados, valorar y ser valorados, cualquiera sea nuestra condición o género, únicamente porque somos personas.