El 10 de Noviembre se celebra en nuestra patria el día de la Tradición. Es así en homenaje a José Hernández, autor del Martín Fierro, nacido el 10 de Noviembre de 1834.

El maravilloso poema narrativo Martín Fierro refleja una parte de nuestra cultura. La realidad es que a lo largo de los años nuestra tradición como nación se ha nutrido de costumbres multiculturales, propia de nuestra historia de descendientes de inmigrantes.

Reconozco igualmente que nuestros gauchos, hijos también de ese crisol de razas, simbolizan intensos valores de apego a las costumbres, de humildad digna, de honesta simpleza, de hombría de bien, que inmediatamente vinculamos al interior profundo de la patria.

Por algo la palabra “gauchada” en la Argentina representa la predisposición a “hacer un favor”; a “actuar con gentileza”. Aparentemente se comenzó a usar varios siglos atrás, durante la lucha por nuestra independencia, dado que aquellos gauchos fueron verdaderos héroes en las batallas contra los realistas. Basta recordar a “Los Gauchos Infernales”, conducidos por Don Martín Miguel de Güemes.

En diferentes actividades, las personas somos creadoras de cultura, y tenemos la necesidad de trascender, de dejar un legado a las generaciones que nos van a suceder. De esa manera, nutridos por nuestras costumbres enriquecemos nuestra tradición.

Reconocernos unos a los otros en la lengua que hablamos y sus modismos, en nuestras comidas, y bebidas “tradicionales”, en la música que creamos y disfrutamos, en nuestra literatura, y un largo etcétera, nos hace sentir hijos de nuestra tierra.

Nuestra tradición se conserva y se expresa en nuestra gente que, a pesar de sus diferencias, respeta, se encuentra y se reconoce en el legado que nos han donado las generaciones anteriores a la nuestra, y en el que queremos dejar.

Este día nos hace pensar en nuestros valores profundos. En todo lo que nos legaron nuestros antepasados y lo que nos brindan nuestros contemporáneos, con quienes podemos sentirnos hermanados en un mate o un asado compartidos. O tarareando una canción de Charly en el “bondi”, en el subte, en la vida.

Somos ese amor casi desmedido por una camiseta, y las rivalidades cantadas con bombos y fuegos artificiales en las canchas al grito de GOOOOL. Las mismas rivalidades que se transforman en pasión y unión en un solo anhelo cuando la selección juega un mundial.

Ser “argentino” es un sentir inexplicable. Como lo refleja la emoción espontánea que surge al encontrarnos con otro argentino (así sea un perfecto desconocido) en un lugar lejano a nuestra tierra. Así como la nostalgia que nos provocan un tango cantado por el “Polaco Goyeneche”, o escuchar la voz inenarrable de “la negra” Mercedes Sosa. Es inexplicable pero “se siente”.

Este día nos hace recordar nuestra pertenencia, nuestra memoria compartida, nuestros dolores y nuestros orgullos como nación.

Indiscutiblemente nos unimos en el orgulloso recuerdo de un Favaloro argentino.

Somos nuestro pueblo trabajador, nuestros sueños, nuestras esperanzas, esas ansias de crecer y la garra que le ponemos, los amigos, la familia, somos esa tradición.

Somos argentinos, y hay una emoción inexplicable en solo mencionarlo. Esa emoción nos identifica, nos define, y nos abarca en lo profundo, y de alguna manera nos une aún con nuestras diferencias.

¡FELIZ DÍA DE LA TRADICIÓN!