Más de 49 Años Como Metalúrgico, Un Ejemplo de Respeto y Experiencia

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Hoy tuvimos la suerte de poder asistir a un pequeño homenaje que un grupo de compañeros le hacían al compañero Juan José Alpuín.

"Pocho", como le dicen familiarmente, o "el flaco" como lo apodan en la fábrica, es un hombre alto, de 67 años de edad, con una salud y un espíritu envidiable. Su familia esta compuesta de su señora, dos hijos y nueve nietos. Juan José ya hace dos años que esta jubilado, y la empresa donde trabaja, Industrias Bianchi, le pide que se quede unos meses más.

Juan José empezó a trabajar a pocos meses de cumplir los 18 años, en el año 1968, casi 50 años atrás. Un familiar ya trabajaba en la fábrica y aunque el era oriundo de Roque Pérez, la necesidad lo trajo hasta José León Suarez, donde la fábrica tiene sus instalaciones.

Inicialmente trabajando como operario, luego paso a tornería, trabajó en soldadura, hidráulica y electricidad. Esto lo convirtió en un miembro de muchísimo valor por su experiencia, y su humilde actitud lo hizo muy querido por sus compañeros.

Industrias Bianchi es fabricante de acoplados y cajas volcadoras. A lo largo de tantos años la empresa sufrió altos y bajos, pero en palabras de Juan José "Hubo años que hubo poco trabajo hasta que se acomodaron las cosas. La empresa nos compensó y con nosotros se portó bien."

"La verdad que yo me siento bien. Con ganas de seguir trabajando. También pienso que si me quedo en casa va ser peor. No soy de quedarme quieto, estoy acostumbrado a andar", dice orgulloso de que todavía lo vean como un miembro útil en su puesto de trabajo.

"Además los muchachos te piden que me quede. Yo me siento muy cómodo con ellos y yo no soy de estar sentado. A mi me gusta mi trabajo, lo conozco, estoy acostumbrado. Hace tanto años que lo hago que lo se de memoria." explica sonriendo. Sobre todo hace hincapié en la experiencia y en el respeto. "El respeto es todo. Antes se tenía más en cuenta el respeto. Eso no es bueno. La experiencia te sirve para muchas cosas, te permite ser quien sos. La gente me consulta y a los que puedo los ayudo. A la gente nueva yo le enseñaba lo que podía. Eso es invaluable."

La humildad de Juan es mucha y nos enorgullece que nos brindara un rato para charlar y poder difundir su experiencia. La importancia de sentirse útil y respetado dignifica su quehacer diario y se nota. Esta muy orgulloso de su trabajo, sus años y sus compañeros.

Queríamos dejar este testimonio para que los compañeros, sobre todo los más jóvenes, conozcan que existe gente así, que en nuestros lugares de trabajo quizás tenemos un poco de suerte y no debemos perder la oportunidad de acercarnos y aprender de gente como Juan.

Gracias a Juan José y a sus amables compañeros por habernos brindado un poco de su tiempo y cariño.