La necesidad de Hacer Arte

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ESTUDIO FABRIL

Nahuel Casado Ledo es Delegado de la UOM, Seccional San Martín, en TASK Solution, hace siete años ya.

Nahuel es músico, hace cinco años tiene su banda de fusión, Buyangueros. Ya tienen un CD y están en pleno proceso de grabación del segundo.

Su primer disco “A la calle salí”, les llevó mucho tiempo, ya que fue producido por ellos mismos y a pulmón, grabado en Tribal Records. Ante esta situación, Nahuel y otro de los integrantes de la banda, comenzaron a estudiar los mismos programas que utilizan en los estudios de grabación profesionales.

Nos cuenta que el proyecto del estudio de grabación se fue dando de a poco, gracias a la ayuda y la confianza que Osvaldo Lobato (Secretario Gral. de UOM San Martín) y Ramón Gómez (Tesorero de UOM San Martín) depositaron en él.

El sueño fue creciendo de a poco, y ya ha dado sus frutos. Es una puerta enorme para las bandas del barrio que no tienen la posibilidad de costearse la grabación de su disco; la diferencia monetaria es enorme, y desde La Fundación Rosendo García se les permite dar ese primer gran paso, que es ver materializada su música en un disco grabado profesionalmente.

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-¿Cómo fue la recepción de esta noticia en el barrio? teniendo en cuenta la cantidad de bandas talentosas que existen y no tienen la posibilidad económica de grabar su disco.

-Mirá, la primer banda que llega es Brindo en Silencio, y es la primera que graba acá su disco, en Estudio Fabril. Luego de este demo que grabaron acá en el estudio de La Fundación, hicieron una fecha en el Parque Yrigoyen junto a Los Cafres. Lo que quiero decir y destacar es el modo en el que esto les sirvió.

La recepción en el barrio fue muy buena, porque la realidad es que no tienen la opción de grabar, o es una opción a muy largo plazo, y al tener este espacio los caminos se acortan, porque es accesible.

Desde acá se brinda un trabajo de calidad profesional, con todas las fases, desde grabar a los músicos hasta la entrega del CD para que ellos lo comercialicen.

-¿Vos también hacés el arte de tapa?

-Los indujo a que elijan ellos, una foto, una pintura, para que tenga un valor agregado, que no sea sólo los integrantes con el instrumento, por ejemplo.

-¿Qué otras bandas ya grabaron acá?

-Bueno, los chicos de Brindo en Silencio me presentaron a otra banda que se llama NN, que también es de acá de los barrios, que no tenían la posibilidad de grabar, y ellos en su disco, en la parte de atrás, agradecen esta oportunidad. Quiere decir que están muy contentos.

-¿Cuánto tiempo lleva el proceso de grabación?

-Mirá, eso depende mucho de ellos también, pensá que todos trabajan y en los tiempos que les quedan libres vienen acá. Se demora más o menos seis meses, de cuatro temas, que ellos lo utilizan como demo después, y luego siguen al disco completo, ya más relajados porque tienen ese trabajo dando vueltas, circulando, y así haciéndose conocer. El demo es su carta de presentación.

-¿Quién te acompaña este trabajo que realizás?

-Yo soy el técnico de grabación, pero después siempre está toda la gente de La Fundación que me acompaña, Martín, Rubén, Andrea, Juan Carlos, ellos siempre me dan una mano. Ahora estamos en pleno proceso para aislar el lugar, por el tema del sonido, y ellos me están ayudando en todo eso. Cada paso que se da es un paso en calidad.

-¿En este momento en qué proyecto estás trabajando?

-Ahora estoy grabando a una chica que se llama Charlie Di Palma, a otra banda de punk rock que se llama Triple Choque, y a un rapero que se llama El Imigrante. Después también hay un chico de por acá, que está pronto a grabar, hace cuarteto, se llama Hek-tombe.

-¿Cómo y cuándo fue que se despertó en vos el amor hacia la música?

-Bueno, creo que lo traigo un poco de la familia también; mi mamá es Artista Plástica. (Nahuel me muestra un cuadro que colgaba de la pared del estudio de grabación, con una estética tanguera. Ese cuadro lo realizó su mamá y lo utilizó para la tapa del disco de su banda, Buyangueros) Mi papá es escritor, así que de alguna manera lo fui recogiendo de mi casa, aunque en otra área del arte, que es la música, aunque el costado de escritor de mi viejo también porque después terminé escribiendo. Y lo que me pasó a mí con la música fue así. En un momento me cambié de colegio y me fui a vivir a Caballito, ahí está el Parque Rivadavia. Mi colegio estaba ahí nomás del parque, y yo iba con trece años y compraba cassettes, más que nada por la tapa, porque todavía no conocía mucha música, pero me alucinaban las tapas. En esa época ya estaban los CD, los cassettes ya ni se usaban, entonces estaban muy baratos. Así conocí mucha música diferente.

Nahuel se entusiasma al contar su desembarco en la pasión por la música, la primera vez que se acercó a un instrumento, del que hasta hoy permanece unido. Él nos cuenta que un pariente le acercó una guitarra, y así dio sus primeros pasos con ella, instrumento que toca en la actualidad. Recuerda la primera banda que formó con un amigo, en aquellos tiempos, ellos eran “Hugo Tarántula y los Santos Difuntos”. Con esa banda llegaron a tocar en el Mocambo de Haedo, lugar de donde salió la Bersuit, entre otros. Después de eso dejó la música por unos años, y se dedicó a la artesanía (el arte siempre envolviéndolo, de alguna manera) y vendía máscaras en volumen tejidas en macramé, en San Telmo.

Un día decide dejar la venta en la calle y es que se encuentra con este trabajo, en TASK SOLUTION, donde es Delegado Gremial. La música la había dejado hacía un tiempo largo, la artesanía también, y sentía que algo le faltaba. Su costado artístico estaba escondido y necesitaba despertarlo nuevamente. Fue así que juntó unas monedas y se compró una guitarra (de juguete, aclara), reencontrándose con ese primer amor, la música. Comenzó a hacer canciones, pero para él, para despuntar el vicio. Hasta que un día se reencuentra con un amigo que tocaba la batería en Hugo Tarántula y los Santos Difuntos, habían pasado diez años de aquello. Él escucha sus temas y le dice: “Me gustan mucho los temas, yo voy a formar una banda, y vos vas a escribir las canciones y vas a cantar”. Ése fue el inicio de Buyangueros.

Nahuel enfatiza que la necesidad de hacer arte es casi vital para él, dejándonos la enseñanza camuflada, sin quererlo. No es consciente de esto, pero queda sonando la necesidad de sacar, de alguna manera, lo que todos llevamos dentro. Sea componiendo, dibujando, pintando, cantando, escribiendo. Se dice que cualquier manifestación artística es una expresión del alma, y hace bien cuando eso lo compartimos con el otro, por el canal que sea, pero sacándolo del interior de uno.

El abanico de sus temas compuestos es muy amplio, pero hay uno especial, ése que marca la personalidad tanguera de su banda Buyangueros, fue el primer tema con bandoneón. El tema es Ruinas, “Soy las ruinas de ése que antes andaba en pie/mirando más allá/sueños huecos ahí me fui/cayendo en espiral/la vida se me va…”.

Luego de dos horas de charla y varias pavas de mate, el encuentro con Nahuel fue llegando a su fin, por ahora, porque este sueño seguirá creciendo y seguramente tendrán muchas cosas más para ser narradas y compartidas.

Los puntos suspensivos de esta historia, y la música que sigue sonando.