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“Si somos libres, todo nos sobra.”

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Un poderoso SECRETO

En 1816 el General San Martín tenía un plan, era su “secreto”, como él mismo lo denominaba. Tan secreto, tan celosamente atesorado, que solo lo compartió con unos pocos amigos de la Logia Lautaro.

Habían transcurrido dolorosos años de cruenta lucha en la guerra de nuestra independencia para defender y afianzar el éxito de la revolución Mayo de 1810. Lo mismo ocurría en las distintas revoluciones en contra de la corona española que se producían en el resto del continente sudamericano. Los triunfos iniciales se veían amenazados debido a la poderosa resistencia y al accionar de los ”realistas” (leales a la monarquía española), quienes se encontraban diseminados en nuestro continente, siendo su principal centro de poder Perú.

En Octubre 1814 los patriotas chilenos habían sufrido el desastre de Rancagua, decidieron entonces exiliarse y se trasladaron a Cuyo, donde se pusieron bajo las órdenes del general José de San Martín, quien había decidido acabar la guerra de la Independencia, no desde la frontera Norte, donde se libraban infructuosamente la mayoría de las batallas, sino a través del océano Pacífico, mediante el secreto plan de derrotar a los realistas atacando el Virreinato del Perú por mar desde Chile, que estaba en esos días ocupado por los realistas. Era imprescindible liberar primeramente ese país.

Para ese fin era preciso cruzar nada menos que Los Andes. La hazaña se llevó a cabo con un ejército reducido pero de gran capacidad operativa. Se habían incorporado los patriotas chilenos que seguían a O'Higgins, además para lograr que se enrolasen en sus tropas San Martín no dudó en liberar a los esclavos negros. El ejército de los Andes llegó a contar con alrededor de 4000 hombres perfectamente armados y disciplinados. El cruce comenzó el 19 de Enero de 1817, los hombres eran guiados por baquianos, quienes con caballos y mulas atravesaron alturas superiores a los 4000 metros. Derrotaron en el trayecto a  las fuerzas españolas en una serie de pequeñas batallas: Cañada de los Patos, Barraza, Vega de Cumpeo, Guardia Vieja, Achupallas, Las Coimas. Luego de  21 días difíciles, sacrificados y gloriosos llegaron a Chile. El 12 de febrero de 1817 los patriotas arrollaron a los realistas que los quisieron emboscar cerca del cerro Chacabuco. Dos días después, las tropas del Libertador entraron triunfantes en Santiago de Chile. El 18 de Febrero de 1818 Chile declaró su Independencia.

El 20 de agosto de 1820 la Expedición Libertadora del Perú al mando del generalísimo José de San Martín partió de Valparaíso, Chile, con destino al Perú.

Finalmente su secreto nos llevó al éxito y se hicieron realidad sus palabras: "Seamos libres, lo demás no importa nada."

Se están cumpliendo 199 años del Cruce de los Andes llevado a cabo por este heroico General y su glorioso Ejército de los Andes. Epopeya considerada como uno de los grandes hechos históricos de Argentina, así como también una de las mayores hazañas de la historia militar universal.

La necesidad de Hacer Arte

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ESTUDIO FABRIL

Nahuel Casado Ledo es Delegado de la UOM, Seccional San Martín, en TASK Solution, hace siete años ya.

Nahuel es músico, hace cinco años tiene su banda de fusión, Buyangueros. Ya tienen un CD y están en pleno proceso de grabación del segundo.

Su primer disco “A la calle salí”, les llevó mucho tiempo, ya que fue producido por ellos mismos y a pulmón, grabado en Tribal Records. Ante esta situación, Nahuel y otro de los integrantes de la banda, comenzaron a estudiar los mismos programas que utilizan en los estudios de grabación profesionales.

Nos cuenta que el proyecto del estudio de grabación se fue dando de a poco, gracias a la ayuda y la confianza que Osvaldo Lobato (Secretario Gral. de UOM San Martín) y Ramón Gómez (Tesorero de UOM San Martín) depositaron en él.

El sueño fue creciendo de a poco, y ya ha dado sus frutos. Es una puerta enorme para las bandas del barrio que no tienen la posibilidad de costearse la grabación de su disco; la diferencia monetaria es enorme, y desde La Fundación Rosendo García se les permite dar ese primer gran paso, que es ver materializada su música en un disco grabado profesionalmente.

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-¿Cómo fue la recepción de esta noticia en el barrio? teniendo en cuenta la cantidad de bandas talentosas que existen y no tienen la posibilidad económica de grabar su disco.

-Mirá, la primer banda que llega es Brindo en Silencio, y es la primera que graba acá su disco, en Estudio Fabril. Luego de este demo que grabaron acá en el estudio de La Fundación, hicieron una fecha en el Parque Yrigoyen junto a Los Cafres. Lo que quiero decir y destacar es el modo en el que esto les sirvió.

La recepción en el barrio fue muy buena, porque la realidad es que no tienen la opción de grabar, o es una opción a muy largo plazo, y al tener este espacio los caminos se acortan, porque es accesible.

Desde acá se brinda un trabajo de calidad profesional, con todas las fases, desde grabar a los músicos hasta la entrega del CD para que ellos lo comercialicen.

-¿Vos también hacés el arte de tapa?

-Los indujo a que elijan ellos, una foto, una pintura, para que tenga un valor agregado, que no sea sólo los integrantes con el instrumento, por ejemplo.

-¿Qué otras bandas ya grabaron acá?

-Bueno, los chicos de Brindo en Silencio me presentaron a otra banda que se llama NN, que también es de acá de los barrios, que no tenían la posibilidad de grabar, y ellos en su disco, en la parte de atrás, agradecen esta oportunidad. Quiere decir que están muy contentos.

-¿Cuánto tiempo lleva el proceso de grabación?

-Mirá, eso depende mucho de ellos también, pensá que todos trabajan y en los tiempos que les quedan libres vienen acá. Se demora más o menos seis meses, de cuatro temas, que ellos lo utilizan como demo después, y luego siguen al disco completo, ya más relajados porque tienen ese trabajo dando vueltas, circulando, y así haciéndose conocer. El demo es su carta de presentación.

-¿Quién te acompaña este trabajo que realizás?

-Yo soy el técnico de grabación, pero después siempre está toda la gente de La Fundación que me acompaña, Martín, Rubén, Andrea, Juan Carlos, ellos siempre me dan una mano. Ahora estamos en pleno proceso para aislar el lugar, por el tema del sonido, y ellos me están ayudando en todo eso. Cada paso que se da es un paso en calidad.

-¿En este momento en qué proyecto estás trabajando?

-Ahora estoy grabando a una chica que se llama Charlie Di Palma, a otra banda de punk rock que se llama Triple Choque, y a un rapero que se llama El Imigrante. Después también hay un chico de por acá, que está pronto a grabar, hace cuarteto, se llama Hek-tombe.

-¿Cómo y cuándo fue que se despertó en vos el amor hacia la música?

-Bueno, creo que lo traigo un poco de la familia también; mi mamá es Artista Plástica. (Nahuel me muestra un cuadro que colgaba de la pared del estudio de grabación, con una estética tanguera. Ese cuadro lo realizó su mamá y lo utilizó para la tapa del disco de su banda, Buyangueros) Mi papá es escritor, así que de alguna manera lo fui recogiendo de mi casa, aunque en otra área del arte, que es la música, aunque el costado de escritor de mi viejo también porque después terminé escribiendo. Y lo que me pasó a mí con la música fue así. En un momento me cambié de colegio y me fui a vivir a Caballito, ahí está el Parque Rivadavia. Mi colegio estaba ahí nomás del parque, y yo iba con trece años y compraba cassettes, más que nada por la tapa, porque todavía no conocía mucha música, pero me alucinaban las tapas. En esa época ya estaban los CD, los cassettes ya ni se usaban, entonces estaban muy baratos. Así conocí mucha música diferente.

Nahuel se entusiasma al contar su desembarco en la pasión por la música, la primera vez que se acercó a un instrumento, del que hasta hoy permanece unido. Él nos cuenta que un pariente le acercó una guitarra, y así dio sus primeros pasos con ella, instrumento que toca en la actualidad. Recuerda la primera banda que formó con un amigo, en aquellos tiempos, ellos eran “Hugo Tarántula y los Santos Difuntos”. Con esa banda llegaron a tocar en el Mocambo de Haedo, lugar de donde salió la Bersuit, entre otros. Después de eso dejó la música por unos años, y se dedicó a la artesanía (el arte siempre envolviéndolo, de alguna manera) y vendía máscaras en volumen tejidas en macramé, en San Telmo.

Un día decide dejar la venta en la calle y es que se encuentra con este trabajo, en TASK SOLUTION, donde es Delegado Gremial. La música la había dejado hacía un tiempo largo, la artesanía también, y sentía que algo le faltaba. Su costado artístico estaba escondido y necesitaba despertarlo nuevamente. Fue así que juntó unas monedas y se compró una guitarra (de juguete, aclara), reencontrándose con ese primer amor, la música. Comenzó a hacer canciones, pero para él, para despuntar el vicio. Hasta que un día se reencuentra con un amigo que tocaba la batería en Hugo Tarántula y los Santos Difuntos, habían pasado diez años de aquello. Él escucha sus temas y le dice: “Me gustan mucho los temas, yo voy a formar una banda, y vos vas a escribir las canciones y vas a cantar”. Ése fue el inicio de Buyangueros.

Nahuel enfatiza que la necesidad de hacer arte es casi vital para él, dejándonos la enseñanza camuflada, sin quererlo. No es consciente de esto, pero queda sonando la necesidad de sacar, de alguna manera, lo que todos llevamos dentro. Sea componiendo, dibujando, pintando, cantando, escribiendo. Se dice que cualquier manifestación artística es una expresión del alma, y hace bien cuando eso lo compartimos con el otro, por el canal que sea, pero sacándolo del interior de uno.

El abanico de sus temas compuestos es muy amplio, pero hay uno especial, ése que marca la personalidad tanguera de su banda Buyangueros, fue el primer tema con bandoneón. El tema es Ruinas, “Soy las ruinas de ése que antes andaba en pie/mirando más allá/sueños huecos ahí me fui/cayendo en espiral/la vida se me va…”.

Luego de dos horas de charla y varias pavas de mate, el encuentro con Nahuel fue llegando a su fin, por ahora, porque este sueño seguirá creciendo y seguramente tendrán muchas cosas más para ser narradas y compartidas.

Los puntos suspensivos de esta historia, y la música que sigue sonando.

NO OLVIDAMOS

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A 33 años de la guerra de Malvinas.EN MEMORIA DE NUESTROS HEROES

Ex combatientes recurrirán a la CIDH en el “menor tiempo posible” por torturas en Malvinas

El Centro de Ex Combatientes (Cecim) de La Plata se presentará en el “menor tiempo posible” ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, luego de que la Corte Suprema de Justicia desestimara la investigación sobre las torturas y vejámenes que sufrieron los soldados argentinos por parte de sus superiores durante la guerra.

Así lo informó en declaraciones Ernesto Alonso, secretario de Relaciones nstitucionales del CECIM de La Plata y titular de la Comisión Nacional de Ex Combatientes.

En nombre de los veteranos, Alonso señaló que sienten un “gran apoyo”, ya que es “el propio Poder Ejecutivo quien nos invita a que vayamos a litigar a una instancia internacional porque la justicia argentina no está a la altura del reclamo de lo que
piden los ex combatientes”.

En ese marco, en el CECIM de La Plata ya están trabajando en la presentación que, según estimaron, se realizará en el «menor tiempo posible» dentro de los 6 meses de plazo con que cuentan, desde el 19 de febrero en que se emitió el fallo de la Corte.

Los ex combatientes vienen sumando adhesiones y apoyos a su reclamo desde diversos sectores, como el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, bajo el Ex combatientes recurrirán a la CIDH en el “menor tiempo posible” por torturas en Malvinas auspicio de la Unesco, cuyo presidente es el ex juez Baltasar Garzón.

En tanto, en varias legislaturas provinciales se están motorizando proyectos de declaración para repudiar el fallo de la Corte Suprema que clausuró la investigación sobre torturas en Malvinas.

La Fábrica, su vida

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Rogelio me esperaba en su puesto de trabajo. La hora del descanso nos iba a permitir charlar y que así me contase su experiencia.

No pasó mucho tiempo desde el momento en que llegué a la Fábrica CIMET, de José León Suárez, hasta que fuimos entrando en confianza; primero le tomé unas fotografías mientras trabajaba. Cada vez que la lente de la cámara lo enfocaba, Rogelio sonreía, tímidamente, como queriendo que deje de atosigarlo con la sesión. Luego de unos minutos, me acerqué a él y lo invité a que vayamos a sentarnos para poder conversar. Aceptó y así nos dirigimos hacia los jardines de la fábrica.

Nos sentamos en unos bancos, sol radiante que nos acompañó esa mañana y ansiedad en mí por empezar a escuchar fragmentos de una vida laboral dada a un mismo espacio. Este tipo de cosas cabe resaltarlas, hoy en día no es muy común que una persona comience trabajando en el mismo sitio y culmine su vida laboral sin moverse de ese espacio. Los contratos de tres meses de prueba y todo lo que ha hecho la cuestionada Reforma Laboral de la década del noventa, nos ha llevado a sorprendernos con experiencias como la de Rogelio. El vertiginoso ritmo del trabajo de hoy, sumado a la calidad de productos descartables que, muchas veces, somos los trabajadores, hace que lo sostenido del tiempo en un mismo lugar sea más bien una expresión de deseo, más que una realidad.

Cuarenta y siete años en una misma fábrica. Cuarenta y siete años que están por poner el cartel de “cerrado” y no por vacaciones temporarias, sino por merecido descanso, luego de tanto tiempo de entregarse en la labor cotidiana.

Rogelio estaba contento al mencionar que la jubilación se aproximaba, a pocos días para ser más precisos, sonreía cuando lo comentaba. Pero también se podía percibir un dejo de nostalgia, una especie de tristeza por dar punto final a una etapa muy importante y significativa de su vida.

Ante la pregunta respecto a por qué en tantos años de fábrica nunca había sido delegado, sabiendo que no es ésta una relación de causa efecto, pero la curiosidad pudo y salió la pregunta. Rogelio, sin borrar su sonrisa de la cara y con una especie de timidez inherente, dijo: “No, delegado nunca. Hay que estar capacitado para ser delegado”. Gran gesto de humildad que no aceptaba la argumentación contraria, que bien podría decirle que luego de tantos años de desempeñarse en el mismo sitio la capacidad la tenía aunque él no quisiese reconocerla. Pero seguimos adelante en la charla sin detenernos en este punto. Él estaba convencido de lo dicho, suficiente. “Delegado nunca, pero sí siempre participé en todas las peleas, en todas las luchas gremiales”.

Si bien al principio le costó, al punto que no quería hacer la entrevista, luego no dejaba de hablar entusiasmado. La mañana, el café, el descanso y el sol que calentaba los bancos de piedra hicieron lo suyo como para que se soltase de una manera maravillosa. Una correlación minuciosa en su relato, sin saltos, sin dejar nada librado a no entender el hilo de lo que contaba.

Llegó a Buenos Aires muy chico, apenas con 10 años. La Ciudad de Federación, en la Provincia de Entre Ríos, despidió a un niño. Mañana verá llegar a un hombre decidido a disfrutar de su ciudad natal, unas vacaciones con su esposa, hijos y nietos está pendiente en Rogelio.

Ingresó a la Fábrica CIMET en el año 1961, antiguamente estaba en la zona de Mataderos. Con tan sólo 17 años cruzó por vez primera las puertas de CIMET, a los tres años de estar trabajando fue convocado para hacer el servicio militar obligatorio, en aquel momento se hacía a los 20 años. Logró que le guardasen el puesto, pero sin cobrar su sueldo. Al año regresó a Buenos Aires y se reincorporó a su trabajo.

Rogelio ha vivido las diferentes épocas históricas, políticas y sociales desde la realidad de CIMET. En cuanto a esto decía que la etapa más difícil que ha tenido que atravesar en fábrica ha sido la de la dictadura militar, donde ha visto “desaparecer” comisiones internas completas de la fábrica, comentaba. “Si había que parar y salir a la calle, todos lo hacíamos”. “Yo soy de Laferrère, y en esa época íbamos y veníamos con miedo, nunca sabíamos si volvíamos o no, siempre a mitad de camino nos paraba el ejército, era muy duro”. “Yo tengo muchos muchachos conocidos, compañeros míos no de la fábrica, sino de viaje, que desaparecieron”.

Cuando hablamos de la participación gremial activa, nuevamente quiso correrse de ese lugar, recalcando el tema de la capacidad para poder hacerlo. Así fue como reconoció la cantidad de cosas que se han logrado, tanto antes como ahora, por el trabajo de los delegados. “Treinta años atrás hemos conseguido el franco compensatorio, porque antes se trabajaba de sol a sol, y eso fue algo muy importante para nosotros. Ahora hace poco se ha conseguido lo de la bolsa de comida que se nos da todos los meses, esto es una gran cosa porque hay muchos que están mal de verdad; los muchachos jóvenes están haciendo esto, los delegados”.

De espíritu positivo y alegre, amable y caballero en sus formas, respetuoso desde el trato de “usted”, y ante la indicación que no lo hiciese, no pudo, no podía hacerlo, como quien guarda los códigos de antes. Así seguimos entonces, respetando las formas que Rogelio así fue marcando.

Una hora y media de distancia lo separa de su hogar, recorrido que ha hecho y seguirá haciendo hasta que la jubilación por fin lo abrace, todos los días, con frío, lluvia, calor y lo que el tiempo depare o golpee.
Rogelio Paiz tiene 64 años, recién cumplidos, y 47 años de trabajo en el mismo lugar, una esposa, tres hijos, y un descanso próximo que le permitirá disfrutar de su tiempo libre y de su familia, como hace tiempo tiene ganas de hacer. Decía, con misterio en sus palabras, que no sabía muy bien en qué iba a emplear ahora su tiempo libre, que seguramente iba a extrañar la fábrica y sobre todo a sus compañeros, pero que los iría a visitar, que se sumaría a los asados que hacen habitualmente, y empezaría a compartirlos desde otro lugar. Que viajaría con su mujer a aquellos lugares de la Argentina que tiene ganas de pisar y que el trabajo pocas veces se lo permitió en todo este tiempo.
Dejará de escuchar el sonido tan particular de las máquinas funcionando, dejará de vestir su ropa de trabajo, sus horas de descanso no se someterán a sólo una o media, el viaje de una hora y media dejará de padecerlo a diario para acotarse a los días de visita hacia ese lugar que él abrazó.

Su fábrica. Una parte de su vida.