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UN 29 DE JUNIO DE 1935 NACE FORJA

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Nace FORJA, “Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina”.

Sus integrantes: Arturo Jauretche, Homero Manzi, Juan B. Fleitas, Luis Dellepiane, Gabriel del Mazo y Raúl Scalabrini Ortiz- decidieron apartarse del Partido Radical y formar FORJA, un movimiento ideológico que intentó recuperar las ideas de Hipólito Yrigoyen y levantar las banderas de la defensa de la soberanía nacional.

Declaran en su acta fundacional que “Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre”. Con la llegada del Peronismo, la mayoría de ellos se incorporan a la Revolución Justicialista.

La acción de FORJA se desarrolla entre el 29 de junio de 1935, fecha de su fundación y declaración de principios, y la declaración de octubre de 1945, en que la mayoría de sus miembros se incorporan al movimiento revolucionario nacional, ya en la calle.

Grito de Alcorta

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25 de Junio de 1912

Este alzamiento tiene su origen en la fuerte explotación sufrida por los arrendatarios y subarrendatarios a manos de los terratenientes. Éstos últimos imponían a los peones, por medio de contratos, altas rentas, la obligación de comprar herramientas e insumos a quien ellos decidan y también se le hacía responsable al trabajador por una mala cosecha. Esta situación dejaba a los trabajadores de la tierra en condiciones de difícil subsistencia.

Los inquilinos se harían cargo de todo: sembrarían por su cuenta y riesgo, alquilarían a los propietarios –y sólo a los propietarios- los elementos de labranza y las trilladoras, les entregarían los cereales limpios y embolsados –en bolsas que sólo podían comprarles a los dueños del campo- listos para su traslado al puerto y quedaría para los dueños entre el 40 y el 50% de la producción.

A principios de 1912, los chacareros decidieron enfrentar a los poderosos e iniciaron, con Francisco Netri como pionero, sus primeras reuniones clandestinas en pulperías, boliches, parroquias y hasta en sus precarias viviendas. Gestaron desde Alcorta su organización gremial, la Federación Agraria Argentina, ésta representaría a los trabajadores rurales del sur de Santa Fe, del noroeste de Buenos Aires, del sur de Córdoba y de la región pampeana.

El 25 de junio de ese año, en la Sociedad Italiana de Alcorta, declararon huelga por tiempo indeterminado. Como consecuencia de esta manifestación de autonomía vendrán duros embates de la oligarquía terrateniente que incluyeron hasta el asesinato de Netri, abogado del gremio.

Saludamos a todos los trabajadores en su día, a quienes con su esfuerzo diario acumulan las riquezas de la Nación, hacen andar las ruedas de la historia y son protagonistas insustituibles de las necesarias transformaciones sociales para alcanzar la plena equidad e inclusión social que todos merecemos.

Los metalúrgicos rendimos homenaje a todos los compañeros caídos en defensa de legítimos derechos, y en su memoria comprometemos nuestro esfuerzo para alcanzar una patria definitivamente libre, justa y soberana, único marco en el cual como trabajadores podremos disfrutar en plenitud de todos los derechos que nos corresponden.

Evita nuestra

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Se cumplieron 63 años del paso a la inmortalidad de nuestra Evita.

Un 7 de mayo de 1919 nos regalaron la fuerza, la entrega, el compromiso, la lucha, el coraje, el corazón, envueltos en la figura de una mujer que tuvo como uno de sus deseos aparecer en alguna página de la historia argentina; y su nombre traspasó los libros y las doctrinas, derrumbó los límites carcelarios de una página o de una porción de tiempo y de historia. Evita se quedó para siempre, no en las hojas, no en las teorías repetidas, se quedó para instalarse en el corazón y en la piel de un pueblo que no la recuerda, la vive y la atraviesa más allá de todos los tiempos.

Esos días de mayo que la trajeron, venía ella al mundo para darnos más tarde otro mundo posible, sin saber adónde la llevarían sus pasos, caminó a ciegas, a ojos bien abiertos, sembrando senderos posibles de cambios profundos. Evita nacía para que con ella nazcan realidades y certezas.

La localidad de Los Toldos, en la Provincia de Buenos Aires, o Junín, como sostienen otros historiadores, no importa el lugar donde había sido, sino que nos la hayan traído. Uno u otro, fue testigo y cuna de la mujer, de “ESA MUJER” con mayúsculas y en voz bien alta, que trazaría un antes y un después de ella, una bisagra que obligó a presentes distintos, a la construcción de un futuro diferente, a la inclusión no predicada sino practicada.

Como si hubiese sabido que su paso sería corto por esta vida, hizo tanto en tan poco, desafió hasta los propios ciclos de su misma existencia, dio saltos inmensos y tomó de la mano a los desposeídos, a los marginados, a los olvidados para que salten con ella.

Fueron sólo ocho años de intensa vida política, y fue la pieza clave de la transformación social que impulsó Juan Domingo Perón, desde su llegada al gobierno en 1946, meses después del nacimiento del Justicialismo, el 17 de octubre de 1945. Peleó por sostener todas aquellas medidas consideradas revolucionarias para la época: la recomposición social a los trabajadores que impulsó Perón desde el Gobierno, la instauración del voto femenino, que llegó en las elecciones de 1951.

Adolescente con sueños de telenovela, de luces que pudieran encenderla, como intentando tapar los desprecios que, desde muy chica, le venían escupiendo. Joven mujer que persiguió anhelos y los pudo palpar a medida que los iba soñando: actriz, política, militante, bandera.

Enfrentó los odios de una clase que veía en ella la reencarnación de los males de la Patria, esos “otros” de modales buenos y morales malas, que quisieron esconderla y condenarla por poner el cuerpo y entregar el alma. Y así pudo y supo cómo dar batalla, les mostró sus garras, y marcó el terreno con la acción constante, y así prestó su voz y su palabra para todos los silenciados de la Patria, les dio sus brazos y sus piernas para andar la tierra denegada.

Hoy tendría 96 años de vida, hoy los tiene y los sobrepasa. Tiene la edad de lo logrado, de la bandera erguida de su nombre intacto, de la enseñanza, de lo legado, del ejemplo que perdura, de la necesidad que otra vez nazca.

Y ella quiso aparecer sólo en alguna parte de la historia, y sin proponérselo es su pluma la que sigue escribiendo en el deseo de ese mundo diferente, que la elevó por sobre tantos que duran mucho y viven tan poco, en las ansias de volver a ver unos brazos que se prestan cuando nuestros brazos ya no alcanzan.

Evita mujer, amada, odiada, venerada, ultrajada. Evita Pueblo, Evita Nuestra, Evita Patria.

Por Mara Fernández Brozzi

LA SOLIDARIDAD COMO HERRAMIENTA.

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USÉMOSLA

La Fundación Rosendo García y la Juventud Sindical, en plena campaña solidaria a beneficio de una escuelita del norte de nuestro país.
“La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo” (Eduardo Galeano)

Una construcción colectiva puesta al servicio del otro, ese otro que necesita y espera, que por fuera de su entorno próximo alguien los visualice y visibilice.

Así fue como la Fundación Rosendo García y la Juventud Sindical, de la Unión Obrera Metalúrgica, Seccional San Martín, se hicieron eco de estas demandas y decidieron mirar, y al mirar hacer.

La escuela N° 463, de la Provincia de Santiago del Estero, será quien reciba el resultado del trabajo solidario que estos compañeros están llevando adelante.

Se convoca a todos los que quieran colaborar, acercando calzado, útiles escolares y ropa, de 9 a 18hs. Los puntos de recepción para las donaciones son la Fundación, situada en la calle José Hernández 4538, en Villa Ballester, del Partido de Gral. San Martín, y todos los cuerpos de Delegados de la Unión Obrera Metalúrgica.

Acercarse y ser un eslabón más de esta gesta solidaria es ser parte de un acto noble que mira más allá de uno mismo, para ver a todos aquéllos que aún no son vistos. De este modo ayudar, desde el trabajo colectivo y desinteresado.

El respeto por el otro comienza con ver a ese otro, por más que la distancia física nos separe, verlo y a partir de allí poner la acción como centro de la escena, actuar para cambiar fragmentos de una realidad que nos duele y que necesita ser modificada, comprometiéndonos no desde el discurso enunciado, sino desde lo concreto de los pasos que damos. Esto ha sido tomado como bandera por los compañeros de la Fundación y de la Juventud Sindical, donde nos muestran que de San Martín a Santiago del Estero sólo existe una distancia de kilómetros físicos, pero que si decidimos acortarlos podemos, de ese modo, estrecharnos las manos y construir, colectivamente.